sábado, 12 de mayo de 2012

Gran imaginación la mia....

(Realmente) Yo solo sabía que olía muy dulce, que llevaba el reloj en la muñeca derecha y que tenía las manos suaves (en un autobús poco mas puedes conocer).


Pero mi mente ya había imaginado cosas como que tocaba el piano; que por casa usaba gafas a lo "Lennon"; que cuando se ducha le caen gotitas de sus rizos; que le gusta comer maices, pero odia el ruido que hacen el resto al comerlos; que canta rancheras cuando hace limpieza en casa; que llora cuando ve a gente llorar, cuando muere alguien en una película y cuando llega la primavera, porque es alérgico al polen, pero aún así me regalaría preciosos ramos de flores porque sabe que me encantan; aunque no le gusta el frío, y tampoco el calor extremo, le encanta pasear cuando hay tormenta y llueve; le gusta ver cuando un torero es cogido por un toro en el ruedo.


Mi mente había imaginado los paseos por el parque, las tardes tumbados en la hierba mirando las nubes volar; ya nos había imaginado en Londres, en París, en Mexico, en Taipei, en el Tibet....
Se había imaginado a sus padres, hermanos (porque tenia dos...). a sus tíos, abuelos, incluso a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos....






En resumen...mi mente se volvió loca y seguía imaginando hasta que......." ¿Podría darle al botón?"


¿¿¿¿QUEEE????

Esa voz... esa voz no era de un apasionado de los Beattles, de los maices. Esa voz no podía cantar rancheras. Ni llorar viendo películas. Esa voz no era la de un romántico que me traía flores aún corriendo el riesgo de no parar de estornudar. Esa voz no tenía dos hermanos, no.... esa voz, no era la voz.


Y el chico del reloj en la derecha se bajó del autobús sin conocer la maravillosa vida que mi mente le había creado (nos había creado) en diez minutos.

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