En el instituto me daba cuenta de que no todo el mundo era tan feliz como yo… Pero cuando se acercaban a mí si lo eran, les llenaba de tranquilidad y alegría, o eso me decían mis amigos, lo malo fue cuando los que no eran amigos, también se querían aprovechar. Fue horrible, todo el mundo me contaba sus penas:
-Mi novio me ha dejado…
-Mis padres se divorcian…
-Mi madre me ha reñido por suspender…
-¡¡Se me ha roto una uña!!
¡¡YA NO PODÍA MAS!!
Yo también tenía una vida, y ya no sabía donde acababa la mía, y donde empezaba la de los demás, no sabía si una cosa me había pasado a mí o a otra persona…
¡¡Eso tenia que cambiar!!
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